3. La organización de la vida cotidiana institucional


La organización de la vida cotidiana institucional es lo que llamamos la tercera puerta de entrada, es decir, otro lugar por el cual la ESI se hace presente en la vida escolar. 



 Es preciso revisar la cultura institucional desde el enfoque de derechos, de género y de diversidad propios de la ESI, porque sabemos que las regulaciones, las prácticas y los rituales escolares construyen y transmiten sentidos que tiene la escuela sobre la sexualidad. Para reflexionar sobre esta dimensión, un ejercicio interesante puede ser identificar en el ámbito escolar aquellos gestos, costumbres, rutinas en las que se pongan en juego roles de género estereotipados y pensar, al mismo tiempo, cómo se puede desandar ese camino. También es posible trasladarse por un instante a la sala de profesoras/es o maestras/os, y recordar comentarios, chistes o expresiones que allí circulan, en los que se manifiestan formas de discriminación por apariencia física o por vestimenta, tatuajes, uso de piercings, no solo en relación con las/os estudiantes sino también con las/os colegas. O también puede pensarse en las sanciones que se aplican a varones y mujeres por “problemas de conducta”: ¿se aplican del mismo modo a ellos y a ellas? ¿Qué se considera una transgresión a la norma para unos y para otras? Revisar y transformar las acciones, los discursos, las costumbres escolares que puedan ser injustas o desigualitarias, es un objetivo indispensable para la escuela porque implica no ejercer violencias de género y educar en la igualdad de derechos.

Para mejorar la implementación de la ESI en la escuela recomendamos la lectura del documento GUÍA PARA EL DESARROLLO INSTITUCIONAL DE LA ESI: 10 Orientaciones para las escuelas que contiene orientaciones y dinámicas.